La música barroca es aquel estilo musical que se desarrolló en Europa entre los siglos XVII y XVIII, y que se caracteriza por su estilo ornamentado, exagerado y grandilocuente. Uno de los aspectos más destacados de la música barroca fueron los nuevos géneros musicales, como la ópera, los oratorios, las cantatas y los conciertos.

En general, se podría decir que la música barroca era una música que buscaba la expresión de las emociones humanas a través del sonido. Esta música se caracterizó por el uso de diversas técnicas, como el contraste, la improvisación y la expresividad. Además, se utilizaba con mucha frecuencia el bajo continuo, que, a grosso modo, era un acompañamiento armónico que podía ejecutarse en el teclado o en otro instrumento como el laúd o el violón, lo que dio lugar a la creación de numerosos conjuntos y grupos instrumentales.

Los compositores más importantes de la época barroca fueron Johann Sebastian Bach, Antonio Vivaldi, Georg Friedrich Händel y Henry Purcell, quienes dejaron un inmenso legado musical que aún hoy en día es considerado como una de las cumbres del arte y la cultura occidental. El barroco musical fue una época de gran actividad musical y creatividad, en la que surgieron nuevas formas de arte y de expresión musical que revolucionaron la música tal como la conocemos hoy en día.

En conclusión, la música barroca fue una época de gran riqueza musical y artística, que se caracterizó por la creación de nuevas formas de arte y de expresión musical, y que dejó un legado musical que sigue influenciando a la música de nuestros días. La música barroca se convirtió en una música de sentimientos, que buscaba la expresión de las emociones humanas a través del sonido, lo que la convierte en un arte emocionante y muy conmovedor.