¿Qué es la Cadencia Plagal y cómo se Utiliza?
La cadencia plagal es una progresión de acordes en la música que se utiliza comúnmente para dar un final conclusivo a una pieza musical.
Se le conoce popularmente como el "Amen" o el "Amen cadence", ya que es muy común escucharla en himnos y canciones de iglesia que terminan con esta progresión.
La cadencia plagal se compone de dos acordes, el IV y el I, en su forma más simple, aunque también puede incluir otros acordes adicionales para mayor variedad y complejidad.
Es importante destacar que, a diferencia de otras cadencias más comunes como la cadencia perfecta, la cadencia plagal no crea una sensación de tensión que necesite una resolución inmediata, sino que proporciona una sensación de conclusión más suave y tranquila.
En resumen, la cadencia plagal es una herramienta musical muy útil para crear finales suaves y conclusivos en la música, sobre todo en aquellas piezas que buscan transmitir una sensación de calma y serenidad.
¿Cuándo es una cadencia plagal?
La cadencia plagal es un tipo de conclusión en la música que se caracteriza por un acorde de subdominante que resuelve en el acorde de tónica. Este tipo de cadencia es muy común en la música sacra y en la música popular.
Para que una cadencia sea considerada plagal, es necesario que se utilicen dos acordes específicos: el acorde de subdominante y el acorde de tónica en la misma tonalidad. El acorde de subdominante suele ser el IV grado de la tonalidad y el acorde de tónica el I grado de la tonalidad.
Además, es importante que la duración de la cadencia sea corta. Por lo general, la duración de una cadencia plagal no debe superar la duración de cuatro tiempos. Si la duración es mayor a cuatro tiempos, se podría considerar una cadencia auténtica.
La cadencia plagal es una herramienta muy útil para los compositores ya que crea un efecto relajado y final en la música. En la música sacra, se utiliza para finalizar himnos y cánticos. En la música popular, se utiliza para finalizar canciones y para crear un efecto emocional al final de la misma.
¿Cómo es la cadencia perfecta?
La cadencia perfecta es un término musical que se utiliza para referirse a un tipo específico de finalización de una frase musical. En la música tonal, la cadencia perfecta es la que tiene el sonido más fuerte y estable. Esto se debe a que termina en la tónica de la tonalidad, que se considera el punto de descanso principal.
La cadencia perfecta se compone de dos acordes: el dominante y el tónico. El acorde dominante es aquel que se construye sobre el quinto grado de la tonalidad. Es decir, si estamos en Do mayor, el acorde dominante sería Sol mayor. Por otro lado, el acorde tónico es aquél sobre el cual se encuentra la tonalidad. En nuestro ejemplo, el acorde tónico sería Do mayor.
La cadencia perfecta se denomina así porque es la más fuerte y definitiva que podemos encontrar. Es utilizado en muchas obras musicales para dar un final conclusivo y resolver el sentido armónico. Existen otros tipos de cadencias, pero no son tan fuertes como la cadencia perfecta.
El uso de la cadencia perfecta es muy común en la música clásica. Se puede encontrar en un sinfín de obras de diferentes autores y estilos, desde Johann Sebastian Bach hasta Ludwig van Beethoven. Además, también encontramos su uso en otros géneros, como la música pop, rock y jazz.
En conclusión, la cadencia perfecta es uno de los elementos esenciales en la música tonal. Es utilizado para darle una terminación definida y concluyente a una frase musical. Es una herramienta que usan los compositores para dar al oyente una sensación de estabilidad y descanso.
¿Qué dos tipos de cadencias existen?
La cadencia en la música es la combinación de acordes que indican el final de una pieza musical o una sección. Existen dos tipos principales de cadencias: la cadencia auténtica y la cadencia plagal.
La cadencia auténtica es una combinación de acordes que se utiliza al final de una pieza musical para dar un cierre definitivo. Se compone de un acorde de dominante, que en música clásica es el V grado de la escala, y un acorde de tónica, que es el I grado. Por ejemplo, en la clave de do mayor, la cadencia auténtica estaría compuesta por el acorde de sol mayor (V) y el acorde de do mayor (I).
La cadencia plagal, también conocida como "amen cadence" (cadencia de amén), se utiliza en la música religiosa y se compone de los acordes IV e I. Este tipo de cadencia suele utilizarse para dar un final más suave y tranquilo a una pieza musical.
Es importante destacar que estas dos cadencias no son las únicas que existen en la música, pero sí son las más utilizadas y conocidas. Conocer los diferentes tipos de cadencias puede ayudar a los músicos a estructurar sus piezas de manera más efectiva y a darles un final adecuado.
¿Cómo saber qué tipo de cadencia es?
La cadencia es un elemento fundamental en la música que se refiere al patrón rítmico de los acordes al final de una frase musical. Es importante conocer qué tipo de cadencia se está utilizando para poder comprender bien la estructura de la pieza musical. Existen varios tipos de cadencia, entre los más comunes se encuentran la cadencia perfecta, la cadencia imperfecta y la cadencia plagal.
Para identificar la cadencia perfecta, se debe prestar atención a los dos últimos acordes de una frase musical y asegurarse de que el primer acorde sea una dominante, seguida por una tónica. La cadencia perfecta da una sensación de conclusión y resolución, pues el acorde tónico suena como una clausura.
Por otro lado, la cadencia imperfecta se caracteriza por la presencia de un acorde dominante, pero que no es seguido por un acorde tónico en la misma frase musical. Esto puede dar la sensación de incompletitud o de suspensión en la música.
Finalmente, la cadencia plagal es una cadencia que se utiliza comúnmente en música religiosa y se produce cuando el acorde tónico sigue a un acorde subdominante. Se le llama plagal porque su sonido remite a la música gregoriana, de la que procede.
En conclusión, identificar correctamente el tipo de cadencia que se está utilizando es fundamental para comprender la estructura y la emoción que se quiere trasmitir en la música. En cualquier caso, la cadencia es una herramienta valiosa para crear una pausa y darle más valor a una pieza musical.